A veces te despiertas por las mañanas y ves lo sola que estás.
Quizás todos estamos demasiado ocupados con nuestros propios problemas como para llenar verdaderamente a alguien.
Y vamos buscando algo constantemente, nos movemos entre las masas pensando que estamos rodeados de idiotas. Paciencia, para entrar en los círculos. Y nos hacen creer que somos locos y los cuerdos son ellos cuando tal vez no exista la locura y estemos todos enfermos. Sí, seguramente. Nos balanceamos. Pensamos que hemos llegado al final cuando lo único que hacemos es acercarnos hasta ese punto en el que no podemos más. Y cada vez el círculo de gente que esta ahí se va haciendo más pequeño. Pero no importa. Y cada vez son más los días que abres los ojos, miras al techo y te ves a ti mismo sobre la cama. Todo está ahí. Un soplo de aire comprimido en el pecho. Como un espantapájaros, quieto, solo.
Porque al final, somos eso.
Y la vida es eso que pasa mientras tú estás ocupado haciendo otros planes.
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